Nuevos modelos de financiación audiovisual

La industria audiovisual vive un momento de transición a nivel global que afecta a los modelos de financiación audiovisual

Durante la sexta edición del Festival de Cine de Santander tuvo lugar un laboratorio de ideas que consistió en cuatro encuentros con diversos profesionales en los cuales debatieron entorno al presente y futuro del audiovisual. En este contexto, el jueves 15 tuvo lugar un encuentro sobre “Nuevos modelos de financiación audiovisual” en el cual participaron: Alexandra Lebret (Manager Director del European Producers Club), Diego Ramírez (Productor, Vicepresidente de la Federación Iberoamericana de Productores de Cine y Audiovisual y Vicepresidente de la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas), Mariela Besuievsky (Productora de Tornasol y miembro de la Academia de Hollywood), Carlos Antón (Director de Desarrollo de Negocio de EGEDA, y consejero y secretario general de CreA SGR), Elena Martínez Hoces (Directora en el área de Cultura, Deporte y Entretenimiento de Andersen) y, como moderador, Álex Martínez Roig (presidente no ejecutivo de Morena Films).

Un momento de transición se está viviendo dentro de la industria audiovisual a nivel global. Por un lado, se plantea un mapa lleno de incertidumbres pero, por otro lado, también aparecen ideas bastante optimistas que proyectan un futuro donde se necesitará un mayor diálogo con las plataformas que, por su parte, están apostando por un contenido global enfocado a la visión local. La apertura hacia la financiación privada, el futuro de las nuevas tecnologías que abaraten los rodajes o la necesidad de recuperar el contacto con las audiencias fueron algunos de los temas que se desarrollaron en dicha mesa redonda que se centró en los nuevos modelos de financiación audiovisual, y que contó con posiciones y visiones muy diversas pero con una idea común: el futuro es prometedor.

La visión que se tiene en Europa sobre el futuro de la financiación la expresó Alexandra Lebret (Manager Director European Producers Club) y advirtió un “escenario muy cambiante y dinámico” donde los streamers han cambiado la situación y el modelo de negocio de los productores: los métodos clásicos para conseguir financiación -gracias a ayudas nacionales, ventas a televisiones de pago o en abierto, el mercado internacional, los distribuidores o la taquilla- se contraponen a la situación actual con un modelo dominante de “ventanilla única, lo cual es muy cómodo cuando eres productor. Una plataforma lo puede financiar todo, pero, a cambio, se queda con todos los derechos”. Apuntó también que esta situación se ve en las televisiones tradicionales: “Esta es la primera revolución que ha cambiado el mercado”.

La pérdida del contacto con la audiencia fue otro de los temas más destacados a tratar. Para la directora del European Producers Club también supone un hecho muy importante: “Los productores todavía no se han dado cuenta de que han perdido la capacidad de contactar con la audiencia”. Esa capacidad sí la tienen las plataformas y la próxima revolución debe ser que “los productores recuperen esa relación con la audiencia” que se puede conseguir gracias a nuevos modelos como AVOD (vídeo bajo demanda con publicidad) que “abren la posibilidad de recobrar el contacto directo”. Coincidió también con esta idea Mariela Besuievsky (productora de Tornasol) que añadió otro de los motivos por los que existe esa pérdida de contacto: “No controlamos los algoritmos ni sabemos cuál es el resultado de nuestras obras cuando están en las plataformas”.

La situación en las salas de cine también es un aspecto preocupante: que muchos espectadores no hayan vuelto a las salas después de la pandemia ha afectado por lo que no se puede depender del público para el proceso de financiación: “Esos ingresos habrá que suplirlos con otras ventas u otros ingresos, tanto a nivel nacional como internacional, y, por supuesto, con los incentivos fiscales” comentó Besuievsky.

Antes de la pandemia ya existía una crisis en las salas cinematográficas y ahora se ha acelerado el problema. Alexandra Lebret analiza: “¿Qué vamos a ofrecer en las salas? ¿Cuál es el rol de las salas hoy en día? ¿Van a convertirse en espacios que sólo aportan valor al lanzamiento posterior en plataformas como herramientas de promoción? Si no somos capaces de crear eventos, no vamos a existir”. La cuestión, comentaron, está en realizar productos que se puedan consumir mejor en una sala de cine y en la capacidad de crear nuevos eventos y experiencias que animen al público que ya tenían a volver a las salas y animar a las nuevas generaciones a asistir.

Durante la mesa redonda hubo elogios para el papel de las plataformas a la hora de apostar por temas locales: “Han jugado un papel muy importante en identificar y en conseguir éxitos con contenidos locales. Es una nueva visión que han aportado las plataformas: un contenido global puede tener éxito en todas partes” señaló Alexandra Lebret. Sin una buena publicidad una película que se estrene directamente en plataformas ”sin apoyo en comunicación, queda enterrada en un fin de semana” e incidieron, al mismo tiempo, en “la caja negra” de las plataformas: la falta de los datos de consumo y los algoritmos que es un “tema crucial a resolver”.

La posición privilegiada que tiene España fue otro de los temas importantes. Elena Martínez de Hoces, especialista en Asesoramiento Fiscal y Tributario dentro del audiovisual, destacó que “España es uno de los mejores sitios para rodar”. Al mismo tiempo aseguró que están trabajando con las plataformas para que cambien su mentalidad de quedarse con el 100% de la propiedad de la IP: “Defendemos que se firmen contratos que permitan al productor español quedarse con, al menos, un 50% de la titularidad de las producciones”.

Sobre la situación en Europa apuntó Carlos Antón (Desarrollo de Negocio de EGEDA) que se están llevando a cabo mecanismos de acceso a la financiación para facilitar el trabajo ya que cada vez las necesidades son mayores: “Europa está ahora en un momento clave porque se busca el fortalecimiento de las empresas, y para ello necesitan mayores recursos, mayor capital. Se van a poner encima de la mesa 400 millones de euros, que navegarán libremente por toda Europa para financiar proyectos”. Se valorará la rentabilidad de los proyectos, sobre todo si son internacionales, para así acercar al inversor privado.

Diego Ramírez, Vicepresidente de la Federación Iberoamericana de Productores de Cine y Audiovisual (FIPCA), expuso que la situación en Latinoamérica es totalmente distinta: la pandemia ha acabado con el cine en las salas, los ingresos actuales del cine colombiano están en un 1% y la seguridad ahora recae en conseguir ventas internacionales dejando en un segundo plano lo que se consiga recaudar en cines. Llegó a la conclusión de que una homogeneización de las legislaciones y de las condiciones de todos los países sería una gran ayuda a la hora de levantar proyectos: “Aspiramos a que se fortalezca el sistema de financiación y de distribución interregionales”.

La posibilidad de abaratar los rodajes gracias a la producción virtual supondría un ahorro en viajes, localizaciones y en eficiencia energética. Estamos ante una buena noticia para “reducir costes de producción y riesgos económicos”. Además, se analizaron otros aspectos como el miedo a que en un futuro se dependa más de los algoritmos de éxito y eso propicie que se produzcan contenidos menos arriesgados y más repetitivos; la aparición de nuevas oportunidades de incentivos fiscales (en regiones europeas como, en el caso de España, País Vasco, Navarra) o los nuevos esquemas de financiación para atraer a los inversores privados.

Muchas ideas salieron de esta mesa redonda; por ejemplo, a modo de conclusión: un mayor diálogo con las plataformas (para la propiedad de la IP), la necesidad de contar con los datos para la recuperación de la audiencia, revisar las políticas de comunicación o la propuesta de estudiar nuevos esquemas de coproducción. Toda esta visión se incluye dentro de un análisis bastante optimista, en líneas generales, por el momento de una industria que necesita recuperar el contacto con la audiencia, con los espectadores y volver a darle el valor a las salas de cine.